Cómo establecer una rutina si tienes colon irritable:

Tengas o no colon irritable, necesitas tener una rutina que te guste y a la que quieras volver después de una época de descontrol. Y mientras la gente que no tiene problemas de salud aparente sufrirá las consecuencias de no tener esa rutina a largo plazo, si tienes colon irritable es probable que no te hagan falta muchos días para que tu cuerpo empiece a malfuncionar. 

Algunos lo llaman mala suerte, yo lo llamo, motivación a corto plazo para ser saludable en todas las etapas de la vida.

Porque seamos sinceros, si no eres saludable es principalmente porque te da pereza. Te da pereza ir a comprar frutas y verduras frescas, e invertir el tiempo en cocinarlas y que sepan ricas. Te da pereza tener que levantarte más pronto para hacer deporte, o salir de casa cuando ya estás cansado después de un día de trabajo. Te da pereza tener que pensar en beber suficiente agua, en irte a dormir pronto para dormir lo suficiente…

Entonces no luchas contra la salud, luchas contra la pereza de establecer hábitos saludables. Es un poco como cuando eras niño y no querías lavarte los dientes todas las noches. Y al igual que con lavarse los dientes, todo se puede volver un hábito si lo repites durante el tiempo suficiente. 

¿Qué tiene que tener mi ruina?

Estos son mis imprescindibles para las personas con colon irritable (o que lo han tenido en el pasado):

• Ayuno entre comidas

• Ejercicio físico

• Sueño regular

• Hidratación

• Horario regular

Conclusión, encuentra hábitos saludables y repítelo muchas veces hasta que te salga natural, y estarás feliz de por vida ¿no? Por desgracia no es suficiente. Porque no somos máquinas, y en nuestra vida van a ocurrir cosas que van a obligarnos a romper ese hábito, múltiples veces. Y si tienes que utilizar toda tu fuerza de voluntad cada una de esas veces para cada hábito, los vas a abandonar en algún momento, y no queremos eso. 

¿Cómo mantengo mis hábitos a largo plazo?

Para que tus hábitos se mantengan en el tiempo tienen que gustarte, y tienes que notar que te apetece volver a la rutina aunque te cueste esfuerzo. Y esto lo conseguimos de 2 maneras:

1. Eligiendo las opciones que más te gusten dentro de esos hábitos. Si odias el brócoli y no tienes mucho tiempo para cocinar, no te obligues a comer un plato a base de brócoli que necesite prepararlo el día anterior y 4h de preparación. Aprende a hacer platos que te sepan bien y requieran menos de 15 minutos. Elige un deporte que te guste. Cómprate una botella de agua bonita y llévatela a todas partes para recordar beber. 

2. Póntelo fácil. Todos hemos cometido el error de apuntarnos a un gimnasio super guay a media hora de casa y hemos acabado no yendo nunca. Porque no es conveniente. Yo por ejemplo tengo un bote de garbanzos secos en casa desde hace como un año y nunca jamás los uso (y mira que me encantan y como muchísimas legumbres). Pero me olvido de remojarlos todas las veces. Si eres como yo, compra legumbres de bote, no pasa nada. 

3. Convéncete a ti mismo de que te encanta tu estilo de vida (aunque no te encante): Esto es lo que me gusta llamar el fenómeno de la cerveza. A nadie le gusta el sabor de la cerveza cuando la prueba, pero como sociedad hemos decidido que vamos a hacer un esfuerzo en pensar en la cerveza como algo refrescante, que nos ayuda a relajarnos y a pasar un buen rato en compañía. Y seguimos bebiendo cerveza hasta que nos creemos ese discurso y nos empieza realmente a apetecer. Puedes hacer lo mismo con tus hábitos, como dicen en inglés “fake it till you make it”. Si te repites constantemente que te hace sentir super bien el comer sano, hacer deporte, etc, llegará un momento que te lo creas y el cuerpo te lo pida.